Publicado: 17 de Octubre de 2014


Un psicólogo en consulta establecerá una relación terapéutica con la persona que le pide ayuda, y desde esta relación realizará una serie de funciones.

Valorará cuáles son las dificultades por las que está pasando la persona que lo va a ver, a través de preguntas y en ocasiones de tests o cuestionarios. De esta manera podrá dibujar un mapa de la vida y dificultades del otro, el cual más adelante servirá para saber qué recorrido realizar (objetivos a conseguir en la terapia).

Una vez identificas las dificultades o problemas y tras comentárselas a la persona con un lenguaje comprensible, comenzará la intervención psicológica propiamente dicha, a través del uso de distintas técnicas y procedimientos para cumplir con los objetivos terapéuticos.

A lo largo de este proceso el psicólogo y el usuario irán valorando los cambios que se van produciendo hasta que consideren que ya no hace falta más sesiones de terapia, pudiendo inicialmente distanciarlas en el tiempo hasta que ya no sea necesario continuarla.

Este trabajo se puede realizar con niños, adolescentes, adultos, parejas, familias enteras y grupos.

El trabajo del psicólogo se hace siempre desde la profesionalidad (ajustándose al Código Deontológico), la comprensión, el respeto y la calidez, actuando sobre las circunstancias dolorosas solo cuando sea necesario y oportuno.

Por otro lado, en función de su formación o especialización, también puede realizar informes psicológicos a petición de la persona que acude a consulta y realizar valoraciones periciales (para temas de divorcios, custodia de hijos, procesos de adopción, de incapacidad, etc.)