La tristeza es una emoción natural en los seres humanos que sentimos cuando perdemos algo importante para nosotros, o cuando no conseguimos lo que queremos, o cuando nos van mal las cosas, o después de vivir una situación estresante o angustiosa, o incluso puede surgir sin que haya ninguna causa aparente.
A priori la tristeza no se debe entender ni vivir como una enfermedad o trastorno, pero habría una serie de características a tener en cuenta:
- Cuando esta tristeza es demasiado intensa
- Ocurre de una manera casi permanente en la vida de la persona
- Se acompaña de la ausencia de emociones positivas (por ejemplo de alegría, tranquilidad o felicidad)
- Se pierde las ganas y energías para hacer cosas
- No se disfruta de actividades que antes resultaban agradables
- Aparecen ganas de llorar sin motivo
- Ganas de no hacer nada o de estar simplemente en la cama
- Aumenta o disminuye el apetito
- Aumenta o disminuye el sueño
- Problemas de concentración y de memoria
- A la mente vienen pensamientos negativos sobre uno mismo, los demás o sobre el futuro
- Junto a sensaciones de ansiedad, angustia, vacío interno, soledad, desesperanza con la vida...
Cuando esto se da y se prolonga en el tiempo sí es importante solicitar ayuda profesional (psicológica y/o psiquiátrica) para poder salir de esa espiral negativa en la que uno se va hundiendo poco a poco sin darse a veces ni cuenta y sin saber salir de ella.